¡Hola Mundo! Ya estoy en las redes

Recuerdo con nostalgia lo que llamábamos “el correo de la monja” (persona “de confianza” que buscábamos en un aeropuerto para que trajera los carretes a Madrid), después extraños aparatos que conectados a los cables del altavoz de un teléfono clásico eran capaces de enviar fotos, luego vinieron los modem de 56k, la RDSI, la ADSL y actualmente fibra óptica y los móviles de última generación 4K, capaces de hacer que nuestras fotos de muchas metas, “viajen” a altas velocidades a sus destinos.

Supe reciclarme, con éxito, del analógico al digital, de las cámaras con lentes de enfoque manual (sí, aunque a alguno le parezca imposible, existía la fotografía deportiva antes del enfoque automático) al rapidísimo autofocus, del archivo de diapositivas y negativos en armarios al fichero digital en ordenadores, del envío de las fotos por correo ordinario o mensajería a las aplicaciones de Internet, ….